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Los mejores cómics de 2024: novelas gráficas que no puedes perderte

Recomendaciones | Cómic y Manga Los mejores cómics de 2024: novelas gráficas que no puedes perderte Por Cultura Fnac 12/12/2024 Seleccionamos, sin rubor alguno, los que consideramos los mejores cómics europeos y americanos de este año 2024 Un año más hacemos acopio de sentido crítico y ponemos en marcha el tamiz de la novela gráfica de origen europeo y americano (y en realidad, de otras partes del mundo, ya que lo único que excluimos aquí es el manga y el manwhua, que disponen de su propio top), con el fin de exponerte lo que para nosotros han sido las lecturas más destacadas de un año que, como viene siendo habitual, pasa volando sin casi darte cuenta. Tenemos experimentaciones que trascienden el propio lenguaje de la narración gráfica, historias imperecederas de esas que te dejan pensando mucho después de terminar su lectura y páginas que te dejan boquiabierto por su virtuosismo visual y confirman, sin tapujos, que el arte no sabe de soportes y siempre se abre camino. Y los hay también que, simplemente, nos lo pasamos muy bien leyéndolos, y nos gustaría muy mucho y muy fuerte que os lo pasarais tan bien como nosotros. Por ello os los recomendamos, porque ser avaricioso en estas cosas es de malas personas, y en Fnac somos mucho de compartir gustazos. A disfrutar. Los cómics y novelas gráficas más recomendados del 2024 1. Un oscuro manto, de Jaime Martín Jaime Martín es de esos autores realmente íntegros que sabes que, haga lo que haga, va a ser coherente con su propio universo narrativo y siempre irá un paso más allá en lo que cuente, ofreciendo varias interpretaciones propias y paralelismos con conceptos del mundo actual, siempre manteniendo intacto su toque personal. Un oscuro manto no es la excepción, y a través de un personaje del folclore rural de la zona noreste de España de finales del siglo XIX, las trementinaires de los montes, nos cuenta una historia de corte feminista y atemporal, que habla de la libertad, de la superstición, de la soledad y la muerte, de la ignorancia y de la modernidad, sin olvidar ese toque de magia (con retazos de fantasía oscura y realismo mágico tenebroso), que tan bien le sienta a este tipo de historias. Con un dibujo tan expresivo y carismático como suele ser común en sus trabajos y una paleta de colores que es un personaje más, Un oscuro manto es una de las lecturas obligadas de este año, y más que digna de encabezar el principio de este top, coronándose, posiblemente, como el mejor cómic de este año (y uno de los mejores del señor Martin, ahí es nada). 2. La carretera, de Manu Larcenet Mira que es difícil coger una novela tan conocida como La carretera de Cormac McCarthy, que tuvo una adaptación cinematográfica tan redonda, dirigida por John Hillcoat y protagonizada por el siempre bienvenido Viggo Mortensen, y adaptarla al cómic, no sólo haciéndola tuya, sino colándola en casi todos los tops de lo mejor del año. Claro que Manu Larcenet no es un tipo cualquiera, y aquí, abandonando su característico estilo caricaturesco y acercándose más al que hizo gala en El informe de Brodeck, se marca una adaptación modélica a nivel gráfico, capturando la esencia sucia y descarnada de la novela original, consiguiendo lo que realmente todas las adaptaciones de novelas o relatos deberían hacer, una cuidada traducción de las palabras de McCarthy a imágenes, prescindiendo prácticamente de bocadillos de texto, y con una fuerza visual, cruda e inmisericorde, que capta la idiosincrasia del autor ganador del Pulitzer con fuerza y fuego (a pesar de las tormentas de cenizas). Un canto a la desolación, la deshumanización del fin del mundo y, pese a todo, con versos dedicados a la esperanza en mitad de la pesadilla, en un blanco y negro de potencia ineludible, que se queda prendido en las retinas incluso después de pasar su última página. 3. Soy su silencio, de Jordi Lafebre Si Carta blanca, su consagración como autor total y un prodigio de poesía visual de los que te reconcilian con la idea del amor romántico, fue de lo mejorcito que llevarse a las retinas en 2021, su siguiente trabajo, Soy su silencio, coloca a Jordi Lafebre en un punto de mira del que realmente nunca se ha bajado, pero ahora con más razones todavía. Manteniendo su excelencia gráfica, que aúna expresividad y narrativa con una fluidez pocas veces vista (toda viñeta es movimiento, con los personajes bailando de una a otra como en un ballet desquiciado), la aventura de la psicóloga y paciente Eva Rojas metida a detective privado huele a inicio de serie, con una intriga entre familias de bien que propicia un luminoso paseo por la Barcelona actual, que hace más por la límpida imagen de la ciudad que muchas campañas de turismo (igual hay que empezar a hacer campañas de lo contrario, que lo mucho cansa), con su protagonista saltando de tejado en tejado con el carisma de los personajes bien perfilados e inevitablemente atractivos. Un divertimento que trasciende , que se paladea con mucho gusto. 4. Días de arena, de Aimée de Jongh En Días de arena, Aimée de Jongh entremezcla historia, emoción y reflexión sobre la memoria y el trauma. Ambientada en la Gran Depresión de la década de los años treinta del pasado siglo en los Estados Unidos, la obra sigue a su protagonista, John Clark, fotoperiodista de 22 años, contratado por la Farm Security Administration, la agencia gubernamental encargada de ayudar a los agricultores afectados por el desastre económico, que es enviado a la región conocida como el Dust Bowl con el fin de documentar la tragedia que afecta a miles de familias. En su viaje, el fotógrafo se enfrenta a las difíciles realidades de los campos de refugiados, donde la miseria, el desarraigo y la esperanza se entrelazan. Con un estilo gráfico delicado y expresivo, combinando ilustraciones de gran belleza con un enfoque muy humano en los personajes, de Jonhg muestra el árido paisaje de la estepa norteamericana en una de sus épocas recientes más devastadoras internamente, sin descuidar ni detalle ni el aspecto más humano, explorando temas como la solidaridad, la supervivencia